El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer. Es también el que más casos genera en nuestro país y la principal causa de muerte por cáncer. El diagnóstico precoz es la mejor estrategia.
La gran mayoría de los tumores ocurre en la perimenopausia, teniendo un pico a los 50 años.
Es a partir de los 40 años cuando todas las mujeres deben realizarse una mamografía anual, sin edad de finalización determinada, y se sugiere continuar mientras la expectativa de vida exceda los 5 años. Entre los 35 y los 40 años se recomienda una mamografía de base.
La mamografía es el único estudio por imágenes que demostró reducir la mortalidad por cáncer de mama.
En las mujeres mas jóvenes se recomienda conocer las singularidades de las mamas por ejemplo mediante el autoexamen mamario, aparición de nódulos, cambio en la coloración o tamaño de las mismas; engrosamiento en la piel, retracción o secreción por pezones. Y ante cualquier cambio consultar rápidamente con el especialista.
El autoexamen mamario en ningún caso reemplaza un estudio por imágenes ni la consulta con el mastólogo, sino que sirve para concientizar sobre el control mamario.
Además cabe destacar que en situaciones especiales como embarazo o lactancia no debemos subestimar los síntomas y concurrir al mastólogo ante cualquier signo de alarma.
Las mujeres cuya madre, hermana o hija tuvieron cáncer de mama, deberán comenzar sus controles mamarios 10 años antes de la edad del diagnóstico del familiar más joven.
En todas las edades recomendamos: dieta balanceada, ejercicio físico, disminuir el consumo de alcohol, exposición solar en horarios adecuados.
Para lograr tratamientos conservadores y menos agresivos, el compromiso que debemos asumir todas las mujeres es cumplir con el ritual de realizar la mamografía y la visita al mastólogo una vez por año a partir de los 40.
